Colitis ulcerosa


Descripción de la patología

colitis La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad inflamatoria crónica de patogenia todavía poco conocida, aunque se cree que su causa es autoinmune, y que afecta a la mucosa del colon.

El curso de la enfermedad suele ser en forma de brotes de actividad, durante los cuales el grado de inflamación aumenta y se agudiza, siendo imprevisible el número, la periodicidad y la gravedad de estos. Estos brotes se siguen de períodos de remisión de duración variable.
Junto a la enfermedad de Crohn y la colitis indeterminada, la CU se engloba dentro de la denominada enfermedad inflamatoria intestinal, dada la similitud en ciertos aspectos patogénicos, clínico-evolutivos y de respuesta al tratamiento.
El diagnóstico de CU se basa en la valoración conjunta de distintos parámetros, entre los que deben incluirse la sintomatología, los hallazgos endoscópicos y los hallazgos histológicos. Además, pueden aparecer diversas manifestaciones extraintestinales de la enfermedad, siendo las más frecuentes las articulares (artralgias, artritis) y las cutáneas (eritema nodoso, pioderma gangrenoso).
No existe un tratamiento definitivo que cure la colitis ulcerosa, tan sólo podemos tratar  y controlar los síntomas, sobre todo durante los brotes de actividad. Estos tratamientos alivian síntomas como la diarrea, el sangrado rectal y el dolor abdominal y sus dos objetivos principales son alcanzar la remisión y, una vez lograda, mantenerla; si esto no puede conseguirse, se intenta disminuir el nivel de la enfermedad, mejorando la calidad de vida del paciente lo máximo posible. Los fármacos más prescritos son: los aminosilicilatos -disminuyen la inflamación del revestimiento intestinal-, los corticosteroides -controlan el sistema inmune-, y los agentes anti-FNT en pacientes que no responden a los tratamientos convencionales, entre otros.

Protocolos

Protocolo de tratamiento

Duración del tratamiento: mínimo cuatro meses, aunque estamos hablando de un tratamiento a largo plazo, con variaciones en la dosificación en función del estado del paciente pero que debería alargarse en el tiempo, haciendo ciclos, para el mantenimiento de la enfermedad sin brotes.

En este tipo de patologías digestivas evitaremos el uso de Askobato K-HdT debido a la alta sensibilidad que muestran un gran número de pacientes, por lo que los extractos fúngicos deben tomarse después de las comidas junto  con una bebida  caliente (recomendada infusión, a ser posible evitar leche o café) de manera que se vea facilitada su biodisponibilidad.

Completaremos el tratamiento micoterápico con una combinación de 6 setas que actúan a distintos niveles del sistema inmunitario y de forma simultánea, consiguiendo la estabilización del mismo.

Extracto Propiedad Mañana Tarde Noche
Mico-Rei Antiinflamatorio 1 1 0
Mico-Leo Regenerador de mucosa
Inmunomodulador
1 1 0

Con la Micoterapia actuaremos sobre el que, según la mayoría de las teorías, es el origen de la enfermedad; por ello, el objetivo primero del tratamiento micoterápico es la normalización del sistema inmunológico, el cual se encuentra exacerbado, provocando la respuesta autoinmune sobre los enterocitos.
También es importante la función prebiótica manteniendo una condición eubiótica en el tracto gastrointestinal, ya que el cuadro de inflamación intestinal es provocado en muchas ocasiones por una respuesta exacerbada del sistema inmunológico frente a péptidos semidigeridos y  a  fermentos derivados de una digestión incorrecta (disbiosis) que reconoce como alérgenos. Las setas son un candidato potencial de prebióticos por la particular composición de su fracción polisacárida y su alto contenido en fibra dietética que restaura y fomenta el crecimiento de la flora intestinal propia del individuo.
Reduciremos pues la respuesta inflamatoria, haciendo uso del efecto inhibitorio de la fracción triterpenoide de Reishi sobre las citoquinas inflamatorias. Reishi posee una fracción lipídica que ha mostrado poseer efectos analgésicos y antiinflamatorios mediante la inhibición de las enzimas COX1/COX2.
La Melena de León actúa frente a un amplio rango de enfermedades inflamatorias intestinales  gracias a su capacidad de regeneración del epitelio intestinal, impidiendo su degradación, renovándolo y evitando la formación de úlceras y tejido cicatricial disfuncional.
Una reciente publicación científica referida al tratamiento con Melena de León en un modelo murino con colitis ulcerosa inducida señala las siguientes conclusiones:

  • Mejora significativa de las lesiones y los daños histológicos.
  • Disminución de los niveles de IL-8.
  • Reducción de niveles de IL-10 sérica.
  • Disminución de NO y NOS en la mucosa intestinal.
  • Aumento de linfocitos Treg (CD4+ y CD25+)


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